Conectores discursivos o textuales
Los conectores discursivos no forman una clase sintáctica de
palabras, como las clases verbos,
conjunción o adverbios, sino que constituyen un grupo establecido con
criterios textuales.
Podemos definirlos como unidades lingüísticas, normalmente
invariables, cuya función es guiar los contenidos de la comunicación,
estableciendo relaciones textuales entre las distintas partes del discurso.
Se utilizan para facilitar la cohesión textual y la articulación
discursiva.
Atendiendo
a su significado, se han propuesto muchas clasificaciones, una de las cuales incluimos luego de proponer que lean el siguiente fragmento con los conectores (marcados en negrita) y sin ellos.
La lectura permite apreciar cómo la utilización de este recurso del lenguaje le brinda mayor fluidez al texto.
En las últimas décadas, la humanidad fue testigo de un desarrollo tecnológico
sin precedentes, promotor de saltos cualitativos en el conocimiento científico,
que derivaron en un aumento de la
calidad y la esperanza de vida.
De hecho, antes de la irrupción de las nuevas tecnologías, los saltos en
la expectativa de vida no eran tan notorios como ahora, aunque mediaran entre
ellos miles de años.
Como ejemplo, la expectativa de vida de los primeros humanos no superaba los
30 años, edad que se mantuvo hasta la época del Imperio Romano, cuando ascendió
hasta 35. Más de 1000 años después, los registros indican que el promedio de
vida de los hombres llegaba a 44 años y el de las mujeres a 33,7.
En cambio, arribado el siglo XX, las vacunas, los antibióticos, y las
mejores condiciones de higiene y salubridad aumentaron significativamente la
esperanza de vida, que pasó de 45 años, en 1955, a 68 años, en 2010.
Ahora sí, la clasificación:
·
Aditivos: agregan más información al
desarrollo de una idea.
Además, más aún,
asimismo, de hecho, en realidad, por otro lado, por añadidura, análogamente, es
más.
·
De
precisión o particularización: determinan un aspecto preciso de lo que se
está enunciando.
En concreto, en
particular, para ser más específicos.
·
Adversativos: expresan oposición
entre ideas o situaciones.
Ahora bien, en
cambio, de todos modos, en cualquier
caso, no obstante, por el contrario, después de todo.
·
Concesivos: expresan un límite u
objeción a lo enunciado anteriormente.
Así y todo, de
cualquier manera, de todas formas, en cualquier caso, aun así, si bien, a pesar
de.
·
Consecutivos: anuncian una
conclusión, consecuencia o efecto.
Así pues, de
este modo, en consecuencia, entonces, por consiguiente, por ende, por tanto,
por lo tanto, consiguientemente.
·
Reformuladores: introducen otra
forma de expresar lo enunciado anteriormente, con la finalidad de hacer más
clara la comprensión del discurso.
Dicho en otros
términos, en otras palabras, de otro modo, más claramente, dicho de otra
manera.
·
Recapitulativos: sintetizan o
resumen una información previa.
Al fin y al
cabo, en conclusión, a fin de cuentas, en definitiva, en resumen, en síntesis,
sintetizando, resumiendo, en una palabra, en resumidas cuentas.
·
Explicativos: introducen la
repetición de una idea para aclararla o ampliarla.
Es decir, a
saber, o sea, esto es.
·
Ejemplificativos: ilustran una idea.
Por ejemplo,
así, así tenemos, así por ejemplo.
·
Rectificativos: introducen una
corrección de lo enunciado anteriormente.
Mejor dicho, por
mejor decir, más bien.
·
Argumentativos: introducen
argumentos para justificar los planteos desarrollados en el texto.
Dicho esto, pues
bien, así las cosas, en vista de ello.
·
De ordenación: organizan ideas, siguiendo
un orden lógico, de importancia o cronológico.
A continuación,
en primer lugar, antes que nada, para terminar, primeramente, finalmente, para
empezar, de una parte, de otra parte, en primer término.
·
De digresión: introducen ideas que
no tienen conexión con lo que se está tratando en el discurso.
Por cierto, a propósito,
a todo esto, dicho sea de paso, entre paréntesis.